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adriancordova

VIOLENCIA CIVIL

La violencia civil es un rasgo común y creciente en muchas sociedades. La reiteración de violencia en las calles, en las familias y hasta en las escuelas, contribuye a adormecer la conciencia sobre la magnitud y las consecuencias del problema. Pero, de tanto en tanto, algún hecho o una aglomeración de ellos en un corto período de tiempo rasga el acostumbramiento y convoca a la atención.

Así sucedió el martes pasado cuando coincidieron tres hechos de diferente característica pero de igual resultado: la muerte de personas. En uno de ellos, un hombre resultó muerto como consecuencia de una pelea suscitada por una disputa de tránsito; en otro, un empleado público mató a una compañera de trabajo y baleó a su jefa porque se burlaban de él; finalmente, en Carapachay un hombre fue asesinado de un balazo porque se resistió a un asalto en su domicilio. Todo esto con el telón de fondo de la investigación sobre las causas de la muerte de Matías Bragagnolo luego de una pelea con otros jóvenes y de la agresión de un policía.

En todos los casos la muerte aparece como un resultado sobredimensionado: los motivos de las peleas referidas no eran de vida o muerte y podían haberse canalizado, en el peor de los casos, con agresiones verbales o físicas menores; los malos tratos en el trabajo podían haber derivado en una protesta personal o judicial; el hombre que se resistió al asalto lo hizo desarmado y fue ejecutado gratuitamente por los delincuentes.

Las causas de la violencia civil o delictiva son muchas y complejas, abarcan cuestiones sociales locales y civilizatorias, y hay una extendida discusión sobre el tema. Las preguntas que plantea no tienen respuestas fáciles.

En algunos casos, como en la degradación de las conductas civiles, la sociedad o el Estado tienen poco para hacer, como no sea la difusión de conciencia sobre el problema y la educación sobre normas de convivencia. Ante la violencia delincuencial hay más opciones: en este terreno es importante atender las causas que provocan la desocialización de los jóvenes así como prevenir y combatir el delito.

La violencia civil o delictiva es un rasgo creciente de las sociedades que no tiene respuestas fáciles. En el caso de la delictiva, el Estado debe atender a las causas de la desocialización de los jóvenes, así como al combate del delito.

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