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PRODUCCION AGRICOLA

Pese a que el país tiene tierras aptas para el cultivo de algodón, desde 1998, cuando el fenómeno de El Niño destruyó gran parte de la siembra, la producción empezó a decaer.

Los productores de Manabí y del sector de Pedro Carbo, en Guayaquil, optaron por producir maíz y fréjol gandul, en tanto que otros optaron por abandonar sus tierras, según manifestaron agricultores del sector.

De acuerdo con los registros del Ministerio de Agricultura (Magap), hace doce años existían 32 mil hectáreas de algodón sembradas, que, incluso, rendían para la exportación hacia los países miembros de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). "Actualmente han quedado apenas 2 000 hectáreas, insuficientes para cubrir la demanda nacional", sostuvo Carlos Romero, técnico del Ministerio.

Además del clima, uno de los problemas que ha influido para que se deje de producir es el bajo precio que se paga por el producto, lo cual merma su rentabilidad.

Una hectárea cultivada rinde entre 20 y 25 quintales de algodón desmotado, mientras que en rama se puede obtener 60 quintales. La inversión aproximada por hectárea varía de $600 a $670. Sin embargo, por cada quintal de algodón en rama, el agricultor recibe $26, lo que le representa unos $650 por ha. "La utilidad es mínima y muchas veces nula", indicó Romero.

Según datos de Funalgodón, la cosecha de este año se redujo, debido a la fuerte temporada invernal, en un 40% en comparación con el año anterior, cuando se sembraron 3 000 hectáreas. Es así que se prevé una producción de 1 800 ha (unos 60 mil quintales).

A decir de Javier Díaz, presidente ejecutivo de la Asociación de Industriales textiles del Ecuador (AITE), los problemas son el mal clima y la falta de trabajo en el campo. "Todos han migrado", indicó.

Explicó que ante la falta de producto, el gremio decidió crear Funalgodón, dónde, desde 1998, se incentiva a los agricultores a que produzcan la fibra.

"En un inicio no existía ni un productor, ahora hay alrededor de 1 000", explicó.

Funalgodón tiene un convenio firmado hasta 2014 para comprar toda la producción nacional; el precio actual que se paga por libra es de ¢86, basado en el precio internacional que se cotiza en la bolsa.

"Este valor se fija por cada cosecha, no baja ni sube, aunque varíe el precio internacional, así se beneficia el agricultor, porque tiene toda su cosecha comprada", manifestó Díaz.

Sin embargo, la fibra nacional apenas cubre el 10% de la demanda total, que está entre las 20 mil y 22 mil toneladas métricas, por lo que la importación es inevitable.

"A nosotros nos gustaría abastecernos de algodón nacional, pero la demanda no espera y de la noche a la mañana no se podrán alcanzar las 32 mil hectáreas que se tenía antes", sostuvo.

Ahora, para no verse perjudicados, los textileros han pedido la reducción de aranceles (actualmente establecido en el 5%), para importar el producto desde los Estados Unidos y México.

Sin embargo, Romero cuestionó el pedido. "Desde hace cuatro años, la industria textilera pidió un diferimiento arancelario que comenzó en 6 000 toneladas y ahora está en 14 mil. Ahora pedirán 20 mil toneladas más, pero el beneficio es exclusivamente para las empresas industriales, en perjuicio del agricultor, por no contar con un arancel efectivo de protección", aseguró Romero.

Fruto del otorgamiento del cupo de las importaciones con diferimiento arancelario, el Ecuador ha incrementado las exportaciones de textiles (fibras y filamentos, hilos, tejidos, prendas de vestir y manufacturas), al pasar de $77,8 millones en 2003 a $ 84,2 millones en 2005.

Los principales mercados de destino son los Estados Unidos, la Unión Europea, La Comunidad Andina de Naciones, Chile y México. (DCL)


Características del algodón ecuatoriano

El producto nacional se caracteriza por ser de fibra larga. Gracias a la influencia climatológica, en calidad es superior al que se produce en Perú, Colombia y Brasil. Sin embargo, no toda la producción sirve para la industria, ya que muchas textileras utilizan algodón de fibra pequeña.

El algodón es una planta originaria de América, genera la fibra y la pepa o semilla. La fibra es el principal producto de la cosecha y es materia prima para la industria textil, para la elaboración de hilos para la confección de prendas de vestir.

La pepa o semilla es el principal subproducto y de ella se obtienen aceites.

La pasta (torta, residuo de la extracción de aceite), que es rica en proteínas, se puede usar para la alimentación de vacunos.

Del aceite crudo se producen aceites comestibles. (DCL)

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